sábado, 30 de noviembre de 2013

Hefestos: Forjador.




Biológicamente:
Aspecto de tierno sufrido.
Da amor como un abnegado.
Apariencia de tímido, fuerte, reservado.
Es la versión masculina de Deméter.

Psicológicamente:
"Forjo mi padecer."
"Quisiera pertenecer."
"Quisiera que te quedes."
Muy perdonador.
Se siente objeto de ingratitudes.
"Atención concentrada" de forjador.
Da... para que dependan.
Forjador de joyas preciosas.
Aún feliz, el trabajo lo identifica y necesitará su espacio de tiempo propio para "forjar".
Artista (y de los buenos) por naturaleza.
Perfecta personificación del "acto creativo".
Escasa capacidad "política" para hacer valer luego sus obras de arte incomparables.
Falencia eventualmente yoica, de aislarse en la soledad.
Pocos amigos, en especial patriarcales.
No abandona relaciones destructivas.
Sacrificial por antonomasia.
La ternura es su mayor posesión.
Ejemplo de que la ternura puede redundar en abnegación y obras de arte únicas.
Es como la almeja haciendo pequeñas perlas en su interior de la molesta arena.

Socialmente:
Ejemplo de fidelidad.
Leal aunque sufrido.
Puede seguir amando a sus parejas después de décadas de ausencia.
"Forjaré aunque no me pagues."
"Quiero pertenecer y que me pertenezcas."
Condescendiente con las necesidades que los otros se atrevan a confiarle.
No sabe delegar y mucho menos decir "no".
Suele tener parejas promiscuas encantadas con su riqueza interior y abnegación.
También pueden con suerte encontrar una buena "mujer de familia" más bien maternal.
Puede llegar a admirar a la mujer menos digna de admiración.
Embelesado ante mujeres admirables de verdad.
También puede compatibilizar con mujeres de cierta profundidad.
Es bastante "masculinizador" de sus mujeres que con él sienten que pueden dar rienda a todo.
Forjador por naturaleza de la sexualidad de la mujer necesitada de un caballero y a la vez amante.
Pueden confusamente sentirse absorbidas por un amor tan incomprensiblemente pre-claro.
Rara vez manifieste abiertamente todo el caudal de celos y decepción social que siente.

Espiritualmente:
Dueño de sí.
Dueño de sí, aún en un mundo que considera injusto.
Dueño de sí, aún con o sin poder.
Trabajador permanente, con o sin la mujer de su vida a su lado, con o sin reconocimiento.
Compromiso... laboral.
"Reconozcan lo bueno."
"Si no sirvo... no sirvo." (esto lo pienso yo a diario pero seguramente ya fue inventado).
"Hice..."
"Dí..."


LO BUENO:
El trabajo.
Lo que forjará a lo largo de su vida... rara vez no sea bueno. Brillante en ocasiones.
Y su generosidad... lo valoren o no, es prácticamente como su trabajo perpétuo.
También será igual con las relaciones... trabajadas, moldeadas;
nunca faltará un detalle, un obsequio, una muestra de amor.
Y la muestra de amor más grande: perseverar en los afectos, a veces más allá de las evidencias.
Más allá de la correspondencia, podrá ser (al menos un Hefestos saludable) un oasis de amor
y de perdón más allá de lo fácilmente comprensible. Inasible,
su interior es estimulante y contenedor a la vez: una rareza.


LO MALO:
Tanto amor... difícilmente sea correspondido. Entendido siquiera en ocasiones;
Sí le bastará a él con entender su propio, y con amar de esa forma, cosa que en realidad
empeorará las cosas, sumado a su "Sí" perpétuo.
A los afectos los forja, atiende y riega con detalles y regalos todo el tiempo;
él mismo se siente un regalo, y es normal que todos querramos sentirnos así.
Él te hará sentir valiosa, por supuesto, pero presentirás que es infinitamente menor que el valor
que siente él por amar de esa forma. Un caballero... pero de la Edad Media.
Estímulo y contención de a borbotones, como si fuera una persona perfecta, pero presentirás que es demasiado perfecta para este mundo, y luego para tí por presentir que es más fácil sumarse a esa ingratitud
que corresponderle en verdad.
Él te hará sentir que le correspondes, por supuesto, pero difícilmente logres sentirlo en verdad
frente a tanto amor.
Es que nadie puede ocupar ese lugar que te da Hefestos, casi de un Dios para otro Dios,
salvo que por alguna razón y con alguna estrategia logres sobreponerte.
Muchas mujeres eligen el camino de la infidelidad.


LA PARADOJA:
Todos queremos amar... no es excluyente de Hefestos.
E incluso todos queremos más bien amar que ser amados...
...ya Jesús implicó que estamos más cómodos así ("Hay mayor felicidad en dar que en recibir").

Sin embargo, hay que reconocer en Hefestos un super- amor.
Jesús mismo pudo haber agregado: "en especial para Hefestos".

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