Hermes: El Relativizador

Biológicamente:
Aspecto de juguetón.
También de juzgador.
Mirada perversa quizás.
Ansioso, inquieto, veloz.

Psicológicamente:
Carece de valores.
Son más bien "cáscaras" de su educación.
Su posible valor sería: la conciliación.
Todo esto le produce ansiedad.
Tanto a la ansiedad como a la carencia de valores les llama "libertad".
Cree que no encasilla pero desesperadamente encasilla todo.
Lo que pasa es que lo hace sin verdaderos valores.
Necesidad de hablar constante.
Crítica constante pero vacua.
No tiene paciencia para leer libros.
Sí quizás periódicos y revistas.
Especialista en chismes.

Socialmente:
Paradójicamente, no está mal visto en las sociedades patriarcales.
En especial en estos tiempos de Posmodernismo.
Él es en realidad un renegador de todo lo patriarcal.
Pero esto es accidental, pues sería perfectamente renegador de un matriarcado también.
Su reniegue no es necesariamente perverso o sociopático.
Bien informado y contenido puede ser un buen comunicador.
Con amigos que lo vayan "educando" -muy- buen comunicador.
En el amor va y viene constantemente, mintiendo inclusive.
Es el caso típico del hombre que las abandona tras virginidad.
Ideal para mujeres similares, que "estén" pero que no estén.
Costumbres de viajes y cambios de hábitos.
Querer conocer otras culturas.
Típico "todo cambio es bueno" (falacia en realidad).
Muchos amigos, que son en realidad "conocidos".
Pueden llegar a ser un misterio incluso para sus familiares.
Típico homosexual "para probar".
Puede ser que tenga vicios ocultos.
Cambia de trabajos/ ingresos/ negocios.
Provocador sano o insano, dependiendo de los límites que sepan ponerle.
Cuestionador perpétuo de los límites de los demás, muy difícil de ponerle.
Posible ladrón, en especial estafador, creador incluso de nuevos ardídes.
Parece siempre ocupado.
Muy mental pero muy poco sabio.
Menos aún pacífico y tranquilo.
Aunque posible conciliador.
Pero más bien multifacético.

Espiritualmente:
Cultor de las "nuevas religiones".
Las nuevas tendencias las explora como si fueran buenas.
Aunque el resultado final fuera opuesto puede encomiarlas igual.
Sugiere que la libertad es probar de todo sin importar cómo resulte.
Podrá ser consciente de su desesperación y vacío quizás en la vejez.


LO BUENO:
La conciliación.
El pensar que todo se puede "dialogar".
Esto es muy útil para las tareas de: abogado, entrevistador, periodista, etc..
También para las tareas de diplomacia si hay algo más que apariencias.


LO MALO:
No tiene valores, reales, profundos, porque todo lo puede llegar a relativizar,
en nombre de una libertad entendida como falta de "encasillamiento", que es en realidad de valores.
Los valores exigen mucho más de nosotros que considerarlos "encasillamiento", en nombre de una
libertad sin límites (si la hubiere).
El Hermes no "agacha la cabeza" para aplicar para un valor, ni para leer un libro, o siquiera para escuchar al otro en el mismo modo en que lo escuchan a él.
Es él, y él, y luego él en realidad, hablando y hasta quizás despotricando contra todo lo demás.
Es fundamentalmente un "relativizador", y puede llegar a ser un perverso sin la debida contención de valores y de conocimientos.
Es muy soberbio de por sí, y la contracara de la -conciliación- es el -criticar- a los demás, en especial si tienen valores.
Y puede hacer las dos cosas juntas, criticando (supuestamente) a quienes tienen valores por ser (supuestamente) demasiado críticos con los demás.
Críticas vacías, ante potenciales críticas fundadas.


LA PARADOJA:
Puede ufanarse de todo y de todos, pero él quiere pertenecer.
Con toda su energía y demostración de poder, con todo su reniegue, él sabe que por suerte es bien amado por el patriarcado, que de otro modo lo metería en la cárcel por lo menos.
Él quisiera en lo más íntimo de su corazón poder conciliar su propia forma de ser con el mundo, en una nueva escala de valores.
Quizás el patriarcado ésto lo intuye, y le perdona la vida.